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Esta vela rinde homenaje a uno de los lugares más queridos y con más sabor de nuestro pueblo: la Churrería El Castillo. No es solo un negocio; es un punto de encuentro, una tradición familiar y el aroma a felicidad matutina. Atendiendo las mesas está Casti siempre con su mejor sonrisa, un joven emprendedor tan amable como trabajador, quien junto a su mujer Mariu, su madre MariBel y Sandra forman un gran equipo. Paco, su padre, a veces se deja caer por allí para echarles una mano, todos ellos tejen cada día la magia que hace de este sitio algo especial. Desde los primeros churros crujientes de la mañana hasta las tardes de chocolate caliente, este aroma encapsula esos momentos de calor, complicidad y dulzura compartida.
Notas Olfativas:
Nota de Salida: Una chispa de canela en polvo y un toque de azúcar glas recién espolvoreado sobre los churros recién hechos. Fresco, dulce y alegre.
Nota de Corazón: La calidez profunda del cacao puro y el chocolate negro derretido, como esa taza cremosa que acompaña la conversación. Se mezcla con la suavidad aterciopelada de la vainilla, recordando a las masas caseras y al ambiente acogedor.
Nota de Fondo: Un fondo reconfortante de masa frita horneada (no grasienta, sino tostada y apetitosa) y un rastro suave y envolvente de café recién hecho que flota en el ambiente del local.
Para maximizar su duración, asegúrate de recortar la mecha a unos 5 mm antes de cada encendido y deja que la vela se queme hasta que toda la superficie se derrita en el primer uso para evitar la formación de "túneles".
Cera 100% de soja sin aditivos, mecha de algodón y aceites aromáticos de calidad premium, certificados por la IFRA





